miércoles, 29 de junio de 2011

¿Cómo explicártelo?

¿Cómo explicártelo?

Yo no soy la que tú ves, ni siquiera la que puedas intuir, cada vez que sientas que estas cerca de lo que soy, estarás equivocado…No quiero explicártelo tampoco, ni descubrirme ante ti, no se hacerlo…

Con la puerta cerrada, pasare al otro lado, como siempre quise…Desde lo más alto, caeré conciente, con el final que se merece esta historia…


domingo, 26 de junio de 2011

10 mayo 2011



Cuando pongo la fecha y escribo 2011 me  pregunto si las páginas se llenaran  de palabras y las fechas con otros  números -2012-2013-, ¿hasta cuándo?  Entre la fecha anterior y esta ha sucedido una vez, pero por pereza o por no querer enfrentarme, no me he sentado a escribir.

Al final, nunca puedo escapar. Me persigue y tarde o temprano... Aquí estoy, a las 12 de la noche, cansada, con sueño , pero sin ser capaz de dormir. ¿qué hago? ¿Por que no hay nadie que me quite este dolor, esta pena que día tras día me convierte en algo que no soy?... Quizás siempre he sido esa y nunca me atreví a exteriorizarlo.

En el salón unos padres ajenos , la televisión  de fondo y los relojes que suenan. Al teléfono, una pareja que quiere, (¿a mi?)…Un buenas noches y silencio. 


Silencio, silencio, silencio……..Sólo escucho mis pensamientos.

12 abril 2011



Esta “enfermedad” se ha extendido  a otras zonas del cuerpo: la pierna. Yo que siempre creí tener un aparente control, hoy me encuentro al mirar la pierna derecha la ansiedad hasta ahora reflejada solo en el brazo. Ahora me siento sola y con miedo de mi  misma, es cómo si todo hubiera vuelto a empezar, miedo a no saber frenar y que al final yo no sea más que cicatrices y marcas que me definan como persona.



sábado, 25 de junio de 2011

11 abril 2011



La gomilla de plástico aprieta mi muñeca. Es curioso, duele  más esta sensación que un “simple” corte que se repite y se repite. Creo que no funciona esta técnica, ni los baños de agua helada, ni escribir ridículas cartas hablando de lo mucho que valgo y lo mucho que me debo que querer…Al final, mi cabeza es la hija de puta que controla el impulso, y por mucho que intente distraerla, ella como buena estratega, no deja que me olvide de que la cuchilla está ahí, escondida pero accesible, prohibida pero presente en cada pensamiento y movimiento por esta casa, que deja de tener sentido en tardes como esta. ¿Cómo escapar?
 ¿Y de quién? Esto es más difícil de lo que creía.

El verano complica todo. La piel queda expuesta y con ella mis penas y  mi dolor. Ahora hay un agobio añadido, ya no sólo tengo la necesidad de hacerme daño, sino que comienza una lucha interna para no hacerlo, ya que con estas mangas cortas, ridículas y escuetas, quedan a la vista de todas estas marcas, que triste o alegremente, les estoy cogiendo cariño. “¿qué te ha pasado?, ¿de que son esas marcas?”…No pregunten sino quieren que les conteste, por que casi siempre, cuando la respuesta es la verdad, lo único que encuentro es silencio…

En frente del ordenador, utilizando otras de las técnicas como sustitución, escribo estas frases sin orden y sin – aparente-sentido. Frases, frases y más frases que intenta poner en orden algo que nisiquiera se  si quiero ordenar. Interrupciones y más interrupciones mientras vuelco en esta pantalla todo lo que no soy capaz de decir y gritar a quienes me rodean, ¡dejarme en paz!, quizás todo se reduzca a eso…

Yo ( en cortes)

                             




                     El primero                              porque me lo merecía.
                     Otro                                        porque no me lo merecía.
                     El siguiente                             porque todos tienen la culpa.
                    Otro más                                  porque yo tengo la solución.



                                                  Dolor.


                     El quinto                                  porque no puedo parar.
                     Otro                                         porque he parado.
                     El siguiente                              porque nada merece la pena.
                     Otro más                                  porque esto sí merece la pena.



                                               Sangre.



                  El noveno                                  porque no dejo de llorar.
                  Otro                                           porque he sonreído.
                  El siguiente                                porque ya van muchos.
                 Otro más                                     porque he perdido la cuenta.



                                             Culpa.









viernes, 24 de junio de 2011

Comienza el cambio

Un día complicado y valiente el de hoy. No pretendo llenar este blog con frases trabajadas ni  textos profundos, aunque me temo que alguno se escapará. Simplemente es una forma de escupir todo lo que tengo dentro, casi como terapia, y poder con este pequeño intento, ayudar a otras personas que quizás están pasando por lo mismo, porque a mí me ayudó bastante ( y me sigue ayudando)  leer sobre el tema y entender que era una situación más común de lo que me imaginaba. Por ello, y sin tener ni idea de  informática, de cómo hacer un blog y  ni si seré capaz de que esto llegue más allá que este texto de presentación, allá vamos. Yo (en cortes).